Las pérdidas que sufren los principales bancos españoles por el negocio vinculado al segmento inmobiliario dan un relativo respiro. En el primer semestre del año, los números rojos bajaron de una manera sustancial, un 26%. Aún así, la cifra es elevada, ya que alcanza los 1.618 millones de euros. En junio del año pasado, la cuantía ascendía a casi 2.200 millones.

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